Pequeño monstruo, complejo, anexado y con fallas de fabrica. Tomado de dos conjuntos independientes, fusionados en un contexto histórico-temporal determinado, completan un proceso transaccional básico, como resultado es expulsada una materia que reúne características negativas de los dos lados. Más distintivos rasgos de uno de los conjuntos. Expulsado, destinado a estar inconcluso, dejando artefactos y caminos casi o más inconclusos que su creador. Monstruoso, afectado y apegado. Sin rumbo, decepcionado y fracasando. En un universo de clicks que llevan a caminos sin salida e imágenes absurdamente feas. Carente de toda clase de talento o propiedad útil. Es el equivalente al apéndice. Es un monstruo de armario, el más adorable de ellos, que no asusta ni a una pelusa de lavadora. Es el apéndice de los monstruos, con la excepción de que el universo se rehúsa a entrar a la sala de operaciones, espera a dar pequeños golpes peritoníticos, acabar con el monstruo, matarlo, derrumbar su espíritu y contagiar a los demás.
Esos son los monstruos que viven lejos y sin destruir cosas. De un mundo de fantasía, gobernado por su cerebro... un niño prófugo vestido de monstruo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario